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lunes, 27 de enero de 2014

Murphy, ese amigo inseparable (o Alba se queja vol. II)

Me cago en Murphy, en Murpha y en todo su puñetero clan (sin contar los ‘Murphins’ de chocolate; en ésos no me cago, que están la mar de requeterriquísimos). Aquí me hallo, a las 19.42 horas de un lunes –mi supuesto lunes libre- para gritarle al mundo lo mucho muchísimo que odio a Murphy.

Este post bien podría llamarse ‘Alba se queja vol. II’ (como la saga que empecé hace unos meses con mi brillante título ‘Alba se queja vol.I’, aunque quien dice unos meses dice el 4 de diciembre de 2012). Bueno, más bien podría titularse ‘Alba se queja vol. 1 millón’, porque en cuestión de lo que viene siendo quejas soy la puta jefa, para qué nos vamos a engañar, pero como dichas solicitudes por parte de mi humilde persona no se han hecho públicas en éste, mi querido blog, pues nada, se queda en un flojo vol. II, eso sí, esta vez con protagonista: Murphy. (Ole ahí el súper párrafo que me acabo de gastar donde tiro por la borda la ley number one de un periodista: buscar sinónimos).

Quién no conozca a este señor, definitivamente, es porque le va genial en la vida, lo que significa que toda la mala suerte me la habría podido traspasar a mí (cosa que veo totalmente factible, en vista de los derroteros por los que anda mi vida vital en los últimos tiempos del mundo…). Por el contrario, quienes, como yo, sientan a mi querido Murphy también como un ser amigable, a vosotros, queridos míos, os dedico este post.

Os pondré en antecedentes: Murphy, amigos, es ese ser jodidamente lapa que siempre está pegado a mi persona. Sí, sí, os explico. Por ejemplo, que yo quiero saltar, pues justo se me rompe una pierna, o que quiero rascarme la nariz (sí, esa que Iván Izquierdo me rompió con su omóplato con 12 años), pues no puedo porque tengo las manos ocupadas.

El último ejemplo ha sido hace escasos minutos, porque digo yo que para qué Murphy me iba a dejar en paz hoy, en mi día libre, el cual he usado para estudiar una mierda de ‘Fundamentos de Investigación en Psicología’ con cuadros latinos, Salomones y no sé qué casos únicos con varias variables independientes (aunque eso se merece otro post. Algo así como ‘Por qué coño Alba siempre estudia cosas que no le valen ni para sonarse los mocos vol. I’). Pero bueno, que me pierdo. Que iba yo a escribir una noticia -bueno, de hecho, la he escrito- (de ésas que como reportera dicharachera aprovechas el filón de la ‘Última hora’ para ser la primera en publicarla) y, justo cuando la he ido a publicar, ¡cataplum chof chof! se jode el internete. Pues eso es lo que me acaba de pasar. Porque sí, porque Murphy no ha podido joder la puta red de redes antes y así no hubiera yo hecho una noticia que hablaba de los Trendin Topic de Twitter cuando Twitter no funcionaba. Porque sí, porque Murphy no ha podido mandar Internet a la mierda solo un minuto después de que yo acabase mi tarea de periodista siempre al filo de la noticia. Porque sí, porque Murphy me quiere y, como tal, siempre viene a verme en el mejor momento. Y porque sí, y punto.

Y diréis “joder, tampoco es para tanto”, pero claro, es que una ya está lo que viene siendo un poco hasta las pelotinguis del mundo en general. Sé que hace meses y meses (y porque hoy me ha dado por ahí, que si no podría tirarme años) que no actualizo éste, mi querido blog, donde doy rienda suelta a mis excentricidades varias de Rubia Neurótica, pero tengo una razón. Una razón de las que pesan y que llevo tiempo queriéndoos contar (aunque bueno, entre lo hiper pesada que soy y que los tres pelagatos que leen este blog ya se enteran de mis miserias porque conocen mi careto en primera persona, poco os voy a contar que no sepáis ya…). Pero bueno... Mi gran razón es... el emprendimiento.

Jodida palabra que el Gobierno nos ha metido a todos en la mollera. Emprender por aquí, emprender por allá… Y claro, una al final no es de piedra y se acaba creyendo todas esas putas milongas (y mirad que yo no es que sea demasiado amiga de la que habla del emprendimiento como la solución divina y/o suprema a todos nuestros problemas: ésa que va de alcaldesa querida por todos sus compatriotas comunales: la Botella), pero oye, al final la hice caso y aquí me hallo ahora, casi un año después y “disfrutando” de mi día libre intentando desde hace una puta hora colgar una puñetera noticia de ‘Última hora’ que, cuando la quiera publicar, será más bien ‘la última de esa hora’. (Es que mi 'emprendimiento personal' es de eso, de noticias en el internete, pero eso os lo cuento en otro post.)

Gracias, amigos, hasta aquí las polleces de hoy. No tiene ningún sentido este texto ni hilo referencial alguno, pero no le podéis pedir demasiado a esta mujer que está a punto de tirarse por la ventana (aunque lástima, porque desde la altura que hay, encima ni siquiera podría romperme una pierna). Pero puedo prometer y prometo que estaré algo más pendiente de contaros en voz alta y en forma de letras nuevas reflexiones y anécdotas varias de esta Rubia Neurótica que suscribe que, ahora, además, se cree empresaria. Porque sí, amigos, Murphy y yo hemos decidido crear una nueva sección solo por y para vosotros. Para instruiros y contaros las verdades verdaderas de un emprendedor en ciernes. A partir de ahora, me erijo como no solo la Rubia Neurótica que sobrevive a sí misma, sino que seré aquella que os apoye en ‘Cómo ser emprendedor y no morir en el intento’. Clic.

martes, 4 de diciembre de 2012

'Alba se queja', vol. I;

Yo, Alba P. Corpas, me declaro en rebeldía. Ea. Sí, sí, y rebeldía de esa de la buena, de la que ya no tiene marcha atrás. Los que ya me conocen pensarán que no es nada nuevo, que entonces seré la misma Rubia Neurótica, rebelde y loca como una cabra de siempre. Pero no. Hoy -y no mañana, ni ayer, ni dentro de un año- hoy, he decidido arremeter contra toda persona-cosa-bicho viviente que se me ponga por delante.

Y por qué os preguntaréis. Bien, pues porque hoy -y no ayer, ni mañana, ni dentro de un año- hace seis meses que estoy en paro. Desempleada. Desocupada. En las listas del Inem (ahora SEPE, para los jodidos suertudos que nunca se han encontrado haciendo cola en sus queridas y malolientes oficinas). Seis putos meses ya en los que he pasado por diversas etapas: desde el optimismo más ilusorio (y totalmente ingenuo por mi persona) de "no pasa nada, encontraré algo mejor en cero coma, porque yo lo valgo" (o eso me dice mi madre. Y lo que dice mi madre va a misa), pasando por la típica fase de "ahora es verano, quiero disfrutar de él, porque ya me tocaba. En septiembre ya tendré tiempo de preocuparme", hasta llegar a hoy -y no ayer, ni mañana, ni dentro de un año-, en que me hallo en la etapa de desesperación-frustración-cabreo con el mundo laboral -y con el general también- elevada a la máxima potencia.

Total que, como Rubia Neurótica por excelencia que soy, sumado a mi estado de rebeldía por un tiempo indeterminado X, hoy he declarado mi estado de guerra particular. Sé que muchos creeréis que no tengo derecho a quejarme, de hecho, muchas veces yo también lo pienso, que hay miles de personas que están en condiciones infinitamente peores a las mías, pero ayer mi querida y pequeña amiga Tere me dijo que cada uno podíamos expresar lo que necesitásemos en cada momento. Así que ale, hoy pienso despotricar contra el mundo y quejarme de todo y todos hasta quedarme a gusto. Agárrense los cinturones, amigos, porque hoy comienzo con mi nueva sección 'Alba se queja'.

Y, viendo lo quejica que soy en mi vida diaria -y sin estado de guerra/rebeldía de por medio-, auguro que éste no va a ser el único post que escriba para soltar todo lo que llevo dentro. De hecho, estoy pensando que es una terapia genial para desahogarse. Ale, os animo a everybody a que soltéis todo lo que se os pase por la cabeza (bueno, hasta unos ciertos límites, que después os plantáis delante de Rajoy, le dais dos hostias bien dadas -y súper merecidas- y luego vais y me echáis la culpa a mí y a mi estado de guerra/rebeldía. Eso no, eh).

Por todo ello, y por el poder que me han conferido mis seis meses de paro y mi derecho natural a estar cabreada con el mundo, queda inaugurada mi sección 'Alba se queja'.

'Alba se queja' vol. I:

  • Yo, Alba P. Corpas, me quejo de esta puta crisis que tanto daño está haciendo a tantísimas personas que quiero. Y a las que no conozco también. Me quejo de la desaparición exponencial y a pasos agigantados de la clase media. Me quejo de que los ricos sean cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres; que tengan que ver con absoluta y cruenta impotencia cómo les desahucian de sus casas, cómo no tienen qué llevarse a la boca y cómo ven su vida resquebrajarse en pedazos en apenas unas décimas de segundo.
  • Yo, Alba P. Corpas, me quejo de este Gobierno, liderado por el señorito Rajoy, su barba (que tiene vida propia) y su cuadrilla de pelos filete (acepción inventada por mi persona: dícese de los chicos que han decidido peinarse como si llevaran una chuleta en la cabeza, la cual sólo les deja ver por un ojo, ya que el otro lo tienen tapado por esa extraña y viviente mata de pelo ondulada. Tales especímenes, además, cuentan con una indumentaria y jerga propias, caracterizadas por polos de cocodrilo y expresiones tales como "te lo juro por Snoopy", respectivamente). Me quejo de sus políticas antisociales, de sus amnistías fiscales a amigos, de sus privatizaciones diarias en sanidad y educación, de sus cansinos rescates a la Banca, de sus patadas en la cabeza del tipo "Los jóvenes españoles se marchan al extranjero por su espíritu aventurero y no por la crisis" (oído de la señorita Marina del Corral hace apenas unos días) y por tantísimas cosas más que no me apetece escribir, porque se me está acelerando la patata por momentos.

Y ya, a título completamente personal e intransferible, me quejo de muchas cosas más:

  • Me quejo de mi puto nuevo vecino, el cual no duerme con una esposa al lado, no, sino con una escoba con la que se dedica a dar hostias a mi pared día sí y día también. ¿Por qué? No lo sé, sólo sé que le encanta tocar los bemoles como hobbie. Sí, yo también lo pienso, hay gente pa tó.
  • Me quejo de mi padre, que tiene tanta confianza en mi persona (pero taaaaanta tanta tanta) que me dijo hace exactamente dos días que dejara la nueva carrera que acabo de emprender (Psicología) porque, una vez más, no me iba a servir de nada. Esto se remonta ya a siete años atrás, cuando decidí estudiar Periodismo y no Informática, como mi progenitor pretendía. Gracias, papá, one more time, por confiar tan fervientemente en tu hija y sus posibilidades. De nuevo, gracias.
  • Y, por último, hoy me quejo de los reclutadores de puestos de trabajo, los cuales desechan mi currículum sin leerlo siquiera. Lo hacen una bolita y lo tiran a la puta basura o, lo que es lo mismo, lo borran de su base de datos en su versión online. Muchísimas gracias también a vosotros, por hacerme creer -y ver, porque a las pruebas me remito- que tener una licenciatura, dos másteres y experiencia en el sector no sirven ni para limpiarse el culo. Gracias, muchas gracias.

Y hasta aquí mis protestas de hoy, porque sé que mañana tendré que seguir quejándome de mi vida en general y de mis miserias en particular, y tampoco quiero hundirme today más de lo que estoy. Desde aquí os animo a que todos os quejéis, que es muy bueno. Es genial gritarle al mundo "¡¡JODIDO PORCULERO!! ¡¡HOY ME HE LEVANTADO CON GANAS DE GRITARTE: ¡¡QUE TE PETEN!!" y cosas así. Es muy gratificante, en serio, es como subirte a la báscula y ver que has perdido dos kilos sin hacer nada de dieta. Bueno no, creo que no hay nada mejor que eso, pero la satisfacción es, más o menos, parecida, pierdes lastre. 

Ale, amigüitos, ¿de qué os quejáis vosotros? La plataforma 'Alba se queja' está abierta para todos... Clic.